jueves, 17 de abril de 2008

CREENCIA v/s ESCEPTICISMO


Una de las grandes confusiones generadas a raíz de una investigación sucede con el surgimiento de distintas posturas; están los que investigan el caso, los que creen a priori todo lo que quieren creer y por último, los llamados escépticos, aquellos que no creen en nada de nada. El error nace a la hora de calificar a los escépticos, ya que a cualquier persona que no acepte el caso de manera inmediata se le entrega este apelativo, derivándolo al grupo de los no creyentes. Necesariamente debemos hacer las salvedades del caso; cuando se presenta una situación a investigar existen dos tipos de personas que no van a aceptar el hecho de manera inmediata: los científicos y los escépticos. Son dos tipos de personas totalmente distintas (aunque se suele confundir al primero con el segundo), ya que un científico o investigador serio no acepta el caso abiertamente como lo haría un “creyente”, pero tampoco lo rechaza, como lo haría un escéptico, si no que adopta una postura neutra, esperando que sus investigaciones lo inclinen hacia algún lado de la balanza. Sin tener mayor conocimiento se podría suponer que la física teórica es un campo de la ciencia repleto de "creyentes" en cosas totalmente alejadas de nuestra realidad. Basta con interiorizarse en este campo para comprender que su trabajo se fundamenta en una constante capacidad analítica respaldada por las proyecciones espaciales a nivel matemático. Por el contrario el escepticismo solo buscar negar y no aceptar cualquier caso dado. Pueden existir muchos factores que conduzcan a una persona a volverse escéptica, pero principalmente son dos las características que incitan hacia esta postura radical: la ignorancia y el temor. No podemos negar que muchos casos provocan cierto pánico por su naturaleza extraña, incluso en el más avezado investigador. Por otro lado, la ignorancia es más fácil ocultarla diciendo “no creo” en vez de un “no sé”. Ambas situaciones son muy bien escudadas tras el escepticismo.

Vale la pena hacer notar estas diferencias, no todos los investigadores de fenómenos anómalos somos “creyentes”, ni todos los científicos son escépticos. Siempre lo mejor va a ser investigar y que el trabajo y el tiempo nos den la razón.